Santa Fe y Salguero
Las dos primeras no fueron estrictamente mías, pero de alguna forma pasiva me las apropié. Tenía doce años cuando murió mi abuela Elisa y doce también cuando murió mi abuelo Abraham, una semana más tarde. Después de tanto tiempo en estéreo, una vida en mono era inimaginable. No estuve ahí. Estaba de vacaciones, lejos, y …